Ser costalero, una forma de vida que Dios brinda y no a todas las personas,Una manera de expresar los sentimientos de fe y arte.
Es interpretar la verdad, lo puro, la esencia de un antiguo trabajo.Es dar vida al movimiento y una belleza de sublime estética.Es darle el toque personal de cada persona en la levanta o arria.
Es sentir los escalofríos en cada cambio,es escuchar el corazón bailar por bulerías al son de la mejor melodía.
El costalero se pone un costal como montera y empieza el ritual de los siglos,una embestida inicial al palo,para hacerse la cuna que llenara de emociones en cada chicota.
Las manos en el palo de enfrente ,las dos piernas paralelas y al ultimo toque en un intervalo de tiempo casi inesistente con fuerza al cielo va valiente y al caer ,los pies bien puestos para recibir el peso y así quitarse a uno mismo el sombrero.
Y cuando el paso dice aquí estoy yo,es responsabilizarse consigo mismo, con Dios y tu capataz ,con el público,con la afición. Es respeto, fe, grandeza.También ruina y dureza, romanticismo,sobriedad,quietud y ritmo. Es cargar la suerte, profundidad, pureza.El trabajo es intesidad y sutileza,es infinidad, solera y sabor ,y a la hora de la verdad es soledad contigo mismo.
Y es hay donde sacas el pecho,levantas las punteras y el talón lo racheas.Tu única compañía la técnica y lo vertical,los brazos bien fuertes empujando la verdad de todo esto,tu corazón templado pero vivo muy vivo,que se rompe de amor por Cristo.
Y es hay donde de tu cuerpo te olvidas, y sale la magia que te regalo Dios el día que naciste,te hizo humano para ser costalero.
Es donde te das cuenta que no todo el mundo puede ser costalero y te sientes previlegiado por este grandioso detalle que es ser los pies de Dios en la calle.
Es interpretar la verdad, lo puro, la esencia de un antiguo trabajo.Es dar vida al movimiento y una belleza de sublime estética.Es darle el toque personal de cada persona en la levanta o arria.
Es sentir los escalofríos en cada cambio,es escuchar el corazón bailar por bulerías al son de la mejor melodía.
El costalero se pone un costal como montera y empieza el ritual de los siglos,una embestida inicial al palo,para hacerse la cuna que llenara de emociones en cada chicota.
Las manos en el palo de enfrente ,las dos piernas paralelas y al ultimo toque en un intervalo de tiempo casi inesistente con fuerza al cielo va valiente y al caer ,los pies bien puestos para recibir el peso y así quitarse a uno mismo el sombrero.
Y cuando el paso dice aquí estoy yo,es responsabilizarse consigo mismo, con Dios y tu capataz ,con el público,con la afición. Es respeto, fe, grandeza.También ruina y dureza, romanticismo,sobriedad,quietud y ritmo. Es cargar la suerte, profundidad, pureza.El trabajo es intesidad y sutileza,es infinidad, solera y sabor ,y a la hora de la verdad es soledad contigo mismo.
Y es hay donde sacas el pecho,levantas las punteras y el talón lo racheas.Tu única compañía la técnica y lo vertical,los brazos bien fuertes empujando la verdad de todo esto,tu corazón templado pero vivo muy vivo,que se rompe de amor por Cristo.
Y es hay donde de tu cuerpo te olvidas, y sale la magia que te regalo Dios el día que naciste,te hizo humano para ser costalero.
Es donde te das cuenta que no todo el mundo puede ser costalero y te sientes previlegiado por este grandioso detalle que es ser los pies de Dios en la calle.
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